En mi niñez, me sentaba con mi tío abuelo a escuchar anécdotas fascinantes sobre nuestra familia y hechos históricos locales. Esas historias llenaban mi imaginación, y las palabras eran el único «instrumento de alta tecnología» que necesitaba para recrearlas. Sin embargo, los tiempos han cambiado. Hoy en día, los niños y adolescentes parecen haber perdido...
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