Notas del editor #51

Notas del editor #51

La moral para entender la sumisión de la sociedad

Es incuestionable que la moral está incidiendo en el devenir de la sociedad actual. En el sentido de que determina la actuación de las personas, y los pueblos en general. Con un cambio muy profundo en los últimos años como consecuencia de las nuevas relaciones de dependencia humana y de los valores que aporta la sociedad. Tanto en lo que se refiere al área de las culturas anglosajonas como a los latinos y de otros orígenes étnicos o geográficos. Dentro de este contexto de lo que representa la moral es necesario recalcar que este término no representa ahora lo mismo que hace unos años, décadas o siglos. No en vano, en estos momentos se caracteriza por su pluralismo. Es decir, es mucho más fácil encontrarse con una multiplicidad de valores y normas en la convivencia. Hasta el punto de que pueden variar en función de las diferentes culturas del planeta. Por otra parte, la falta de religiosidad está propiciando que los valores vayan mutando con el paso de los años. Desde este planteamiento alejado de la moral clásica el mandato humano que es el que otorga la E bondad o la maldad a las acciones personales ha sido sustituido por otros valores más relativistas. Donde prevalecen los principios de universalidad o solidaridad por encima de otras consideraciones éticas o filosóficas.

A¿Pero por qué ha cambiado la moral en este siglo en el que estamos?

Entre otras razones porque el ser humano dispone de mayor información respecto a otros períodos no tan lejanos. Como por ejemplo, en la década de los años 80 en que este concepto estaba mucho más estereotipado.

No obstante, el que haya cambiado su concepción y la serie de valores en las que se asientan las sociedades no quiere decir que no haya límites para la libertad de expresión. Basta comprobar que nos pasamos la vida queriendo ser felices y que nadie nos moleste la vida y lo único que tenemos que hacer es nacer hombre, blanco, rico y heterosexual. Pero podemos encontrarnos con contradicciones como vivir en un país blanco y rico, pero nosotros solo somos latinos y pobres. Algo muy frecuente en los países anglosajones y que  pone de manifiesto la tremenda debilidad del ser humano.

Para comprender mejor esta incidencia moral nada mejor que clasificar a las personas en dos grupos. Por una parte, las que siguen sus propios deseos, y por otro las que siguen los deseos de los demás. Las primeras son fuertes y no se dejan gobernar por nadie. Mientras que las segundas son débiles y se limitan a hacer lo que dicen los demás. Esta última actitud es muy común y propicia que seamos muy sumisos. Hasta el punto de que terminamos repitiendo lo que dice el resto.

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