LA CLAVE DE TODO BUENVENDEDOR.
Vivimos en una sociedad que nos ofrece una enorme cantidad de productos y servicios de todo tipo. Desde casi todas partes se reclama nuestra atención como potenciales compradores. Por tanto, ya no basta con poner el producto a disposición del consumidor; debemos darnos a conocer. Y el cómo esto se hace cuenta de manera decisiva. ¿Cómo nos damos a conocer? A través de la publicidad.
No todos los negocios están en disposición de publicitarse en radio o televisión, pero hoy día contamos con otros medios, muchísimo más accesibles: redes sociales, blogs en línea, páginas y dominios web…
Emprendedor es aquel que busca
fórmulas para llegar al éxito por su propia
cuenta; internet se las proporciona. Y estos
medios, bien empleados, cuentan con una serie
de ventajas, como pueden ser la cercanía, la
fidelización y la personalización. En ese espacio
personal creado a gusto tuyo y de tu cliente, este
podrá ver con asiduidad las actualizaciones
de tu negocio. Y tú podrás dirigirte a él
con total confianza y sin intermediarios.
A la hora de vender nos dirigimos a personas. Conocer a esas personas, ponernos en su piel y concederles el trato más adecuado ha de facilitarnos decisivamente nuestra labor:
- Has de transmitir en todo momento positividad y lograr que ese sentimiento termine por asimilarse a tu producto. Ello hará que los clientes se decanten por él aunque tengan a su disposición otros similares. Somos seres emocionales.
- Sé cercano, acortando distancias y ganando en familiaridad con el cliente. No eres el inaccesible dueño de una gran multinacional, sino una persona más, con la que todos pueden tratar en el día a día. Preocúpate por los problemas que nos afectan a todos. Debes aparecer como un miembro más de la comunidad.
- La sinceridad es absolutamente clave, porque con ella te ganarás la confianza de tus clientes. No intentes vender algo que tu producto no es capaz de alcanzar; aprende a revestir tu producto de toda una serie de aspectos positivos. Pero nunca digas que es algo que en realidad no es.
- Comprende a tu potencial comprador y empatiza con él. Hazle ver que entendemos la problemática que le afecta y que eres perfectamente capaz de ayudarle.
- Sé especial y diferente. Tal vez te interese recordar que tu producto no es para todo el mundo, sino para un sector muy especial.